domingo, 12 de febrero de 2017

No se puede saludar si uno se está yendo

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No se puede saludar si uno se está yendo,
lo intenté anteayer,
mis tripas te abrazaron como mis ojos
y del intercambio quedó una espera interrumpida
por una ausencia espontánea.

Como cuando se te pierde un chihuahua de vista
los dos
el chihuahua y tú
sufren un micro-infarto simultaneo que no se diagnostica
porque no hay elecrocardiógrafos a la mano.

Aplasto mi nariz con mi puño,
tiro de los tres pelos que brotan de mi barbilla,
recién graduados,
y el golpeteo compulsivo de mi mano cesa al recordar
el tema del que escribo.

No se puede saludar cuando se va de salida,
hace dos días lo intenté contigo
mientras la estupidez alcohólica consumía
a mi estupidez natural.

Me presenté de manera bestial,
aunque borrosa,
pero con la certeza que nunca tengo.

Después de conocerte como por doce segundos
encontré tus dudas enraizadas y confluentes,
yo diría que en amasiato,
con algunas de las mías.

- “Inmoviliza mi brazo adolorido
porque no sé si me lo chingué borracho
o si se chingó solito”.

Me volteaste a ver pretendiendo conocerme,
saber de mi
y de mi brazo
y de sus madrazos,
y en un afán de yo no sé que cosa,
le diste un jalón como hacia tu boca.

La anestesia hizo su parte hacia los dos lados,
reducción cerrada de mi fractura múltiple,
con un poco de edema
sin sangrado residual
sin compromiso vascular.

Paso mi mano derecha por mi cabello
encuentro a mi ojo izquierdo
giñando repetitiva y rápidamente,
como acalambrándose
justo antes de volver al tema.

Traté de saludarla de verdad,
como cuando uno trata de salvar la vida
manoteando mientras te ahogas
en agua templada y tranquila.

Traté como cuando traes un chingo de hambre en el recreo
y andas pidiendo un sándwich
y te lo dan
y se te cae al lodo tras una pinche mordida.
 
Traté de saludarla pero
ya era bien tarde
y me fui
por un pánico idiota
que me brotó de pronto
al recordar que mi seguro médico
expiraba en diez días.

Traté de saludarla
y nomás me despedí.



-Me estoy yendo por la banqueta ´mbre u.u

Saludos desde el manicomio

.





Por más que busco definiciones de la RAE en google 
no encuentro como buscarte 
o dejar de encontrarte
o acabar con la incertidumbre 
o ya de a menos 
una historia de vaqueros con perritos.

No me parece justo tenerte cada año aquí 
si se supone que simpre te vas;
pero ahora si me voy.

Ven a tirarme el café encima,
a voltearme las tripas como calcetín,
a filmarme una escena larga
sin dialogo audible,
en donde me digas en chileno que te largas 
y que te ayude a hacer las maletas; 
que me toca echarles arena.

Ven a decirme 
que las cosas siempre fueron más complejas 
o que somos idiotas abúlicos 
o que se te murió tu abuelita.

Dime que no estoy loco,
que mis siete años sin hablar son un capricho cabrío,
abrazame como queriendo
dame un beso por amor o por lástima
dame una liga verde para aferrarme,
o solo dime que no estoy loco.

Saludos desde el manicomio.






martes, 27 de septiembre de 2016


A las 3:33 siempre te recuerdo, buena o malamente me acuerdo del desvelo que te guardo desde hace solo diosito bebe sabe cuando. Mi uña enterrada en el kokoro, mi astilla brillante a sangre purulenta



domingo, 5 de junio de 2016

Desperté







Desperté justo enfrente de sus muslos,
sus muslos que orbitaban un falo metálico a la velocidad en la que mueren los sueños,
sonaba Michael Jackson aunque nunca pude recordar la canción exacta,
sonaba Michael,
y todo dejó de importarme mientras me enderezaba la camiseta de golpea-esposas
seguía sonando Michael,
y me acerqué lo más que pude a la pista con la tecate en la mano,
la miré fijo desde abajo mientras acababa de jalarle al marlboro blanco que estaba harto de fumar pero no había más,
seguía sonando Michael,
y ella bailaba haciendo patrones con el humo
y pensé que nos veríamos bien en una cinemática con la cámara a mis espaldas, a blanco y negro,
a excepción del neón de la poca ropa que ella aún tenía.
 
La ví bailar en un loop que se terminó en la mañana del 4to día.

Me tocó una chichi antes de irme.




viernes, 13 de mayo de 2016

dos puntos pe








Absorto y madrugado
me topé con la puerta que era la puerta,
pero yo no sabía 
grande y ostentosa
erguida.

Un timbre que no timbró
y una cámara que no veía,
no me abrieron hasta que mi celular retumbó
el metal nuevo oscila más fuerte.

Había un viejo que sabía las cosas a medias,
me explicó que él no podía explicarme nada salvo el pasar del tiempo
me explico que "aquí no ha llegado nadie",
me debí de haber equivocado como siempre,
de hora o de lugar, da igual ahora.

Me iba, enfurecía
pero de la nada
ella venía
presurosa, pero tranquila
"¿Conoce a la Señorita Quiñonez?"
preguntó el poli a aquel olor que se embarraba, dulce en el aire
ella aseguró "Yo soy, y tú debes ser el errante!"
volteó hacia mi sin vacilar,
asentí con hambre.

Caminamos entre columnas y sombras,
cosa rara a las 9am,
me dirigió sin temerme
y se sentó frente a mi
siempre que alguien conoce a su flecha tiene el tiempo de describir el fino corte de su punta aún antes de verse atravesado,
memoricé su rostro mientras jugábamos juegos mentales,
los cubos blancos y rojos de me gusta tu acento del norte,
¿Cómo es que me despierto todos los días sin verte?

Me explicó después que ella tenía que gustarme
que era lógico por su lenguaje
por su tipo de conversación
y también un poco por la situación de poder en que se encontraba.

Continué cagándola por unos minutos hasta que me hizo quedarme inmóvil,
me amarró y conectó a varios utensilios,
cables y tornillos,
y aunque no me sentí aturdido ya no pude voltear a verla
solo veía el CPU con procesador I5 desconectado.

Seguí oyendo su voz justo detrás de mí
diciendo osho o shamarra,
esperando a que las máquinas calibraran
y así empezar a experimentar 5ta Sinfonía de Beethoven style,
tarea de memoria,
solo importan las caritas enojadas
y solo importan si las que pasaron también estaban enojadas
vaya lio.

Yo no quería ver caritas enojadas pero eran las únicas que había en la pantalla
Yo no quería ver caritas enojadas, yo quería ver su cara
y no solo sentir su olor embarrado en las paredes y en sus shes en vez de ches,
pero con eso tenía para seguir,
di shocolate. dos puntos nueve.

Me di cuenta de que estaba oscuro, muy oscuro
no pude acertar de inmediato en por qué.

Terminé por sentirme extraño
como toda aquella mañana,
estar a solas con alguien es más raro de lo que pensaba,
me invitó a lavarme el pelo
y hasta había shampoo (ese si va con she)
pero lo rechacé,
al menos en algo tenía que mostrarme sin clemencia.

La luz me molestaba como el presentimiento de que me robaron los audífonos.

Salí de aquella cueva habiendo obtenido algo claro
la seguridad de que volvería allí mismo
y su whatsapp.


Dos puntos pe.







domingo, 25 de octubre de 2015

Era de tarde






Era de tarde
cuando la tarde ya casi es noche, pero no
era tarde porque se me hizo tarde
era tarde porque llegué y la busqué y no estaba,
era tarde.

Me senté a la orilla
y me quedé allí,
oyendo como embalsamado,
en las orillas la gente no te hace tanto caso
me quedé en la esquinita
escuchando y volando y viendo que no estaba,
o si estaba, pero no la veía
y después pensé en que no sabía si era ella o yo quien faltaba,
la dejé de buscar para buscarme y no pude;
Reina seguía prendida
como yo a ella,
como mi suerte al azul del techo cuando todo llega a su fin.

Al fin me di cuenta
que era yo el que faltaba,
y me perdí
dejé de buscarla,
y yo quería buscarla
pero la encontré
y no fui yo,
la encontró mi risa borboteante
mi risa inerme,
mi risa me lleva el carajo cárguenme para llegar antes a mi casa
mi risa que sigue pero no es risa sino como espasmos duros
toques toques en el trigémino y no puedo volver el rostro,
la encontró mi risa
a su risa,
a su risa
y a otra risa.

Me perdí,
la seguía viendo
ella estaba allí y me perdí,
y ya mejor caminé
porque hoy era temprano,
al menos más temprano que ayer
ayer que había terminado cansado,
pero no,
ahorita que me acuerdo si era ya un poco más tarde,
era de tarde,
era tarde.








domingo, 13 de septiembre de 2015

Amor cíclico




Voltea
retorna,
agita, 
contonea.

Tu mirar me 
vapulea
me estremece,
horas, meses,
épocas y luego minutos revulsivos,
impulsivos segundos
que escurren
que se escapan
y luego
vuelven,
pero a veces tardan.

Mira
regresa
roba,
estruja.

Vuelve tu figura
o tu rostro
o tus ojos,
no se si serán mejor tus ojos,

ya no distingo,
que me muero
que me nazco,
en tus humores 
vítreos
o en tu cantar ufano.

Acércate,
abócate
piérdete.

Regresa estrepitosa
a éste insomne resquicio,
donde te aguardan 

inmóviles,
silencios miserables,
certezas irrelevantes,
infortunio tenaz,
y con suerte
tu suerte,
encuentres tus ojos mirandote fijo,
en mi reflejo flamante,
en ésta noche
tuya
y mía
y nuestra
ya no tan distante